¿Has pensado en sumergir tus pies en agua salada? Esta práctica ofrece numerosas ventajas, entre ellas, mejora la circulación y reduce la inflamación en pies y tobillos. Además, suaviza los callos, ayuda a prevenir y curar las uñas encarnadas y otras lesiones, ayuda en el tratamiento de los callos en los pies, previene la aparición de infecciones por hongos y también ayuda en su tratamiento, elimina el mal olor de los pies y contribuye a la eliminación de toxinas.
En este artículo vamos a contarte cuáles son los beneficios del agua con sal para tus pies y cómo prepararlo correctamente.
¿Cuál es el propósito de utilizar agua salada para el cuidado de los pies?
Gracias a las propiedades del agua con sal, podemos obtener los beneficios del agua salada para los pies: alivia el dolor, reduce la fatiga y mitiga los calambres musculares.
El agua tibia facilita la producción de endorfinas, que desempeñan un papel importante en la promoción de la relajación tanto física como mental, aliviando en consecuencia el malestar corporal y mejorando el estado de ánimo. Por ello, el agua infusionada con sal marina, especialmente cuando está tibia o caliente, permite que los músculos se relajen con mayor facilidad.
Sumergir los pies en agua salada no sólo sirve para aliviar la fatiga muscular acumulada, sino que también alivia dolores, estrés y calambres musculares, resultando muy beneficioso para personas que padecen enfermedades como la artritis. Además, mejora la circulación y disminuye la hinchazón de pies y tobillos.
La aplicación de agua caliente produce la dilatación de los vasos sanguíneos, mientras que el agua fría provoca su contracción. Por ello, para aliviar la hinchazón de pies y tobillos se recomienda el uso de agua fría. Sin embargo, emplear una combinación de agua fría y tibia en dos palanganas separadas resulta especialmente eficaz en casos de hinchazón importante. Esta variación de temperatura estimula la circulación y, al combinarse con las propiedades de la sal, promueve una reducción de la hinchazón de pies y tobillos, proporcionando un alivio inmediato de las sensaciones de pesadez y edemas en estas zonas. Por esta razón, es recomendable sumergir primero los pies en agua salada tibia y, posteriormente, sumergirlos en la palangana de agua fría.
Reduce y alivia los callos en los pies
La sal posee propiedades exfoliantes y, cuando se mezcla con agua, se puede utilizar para masajear los pies, ayudando de forma eficaz a eliminar las células cutáneas muertas. Este método es especialmente beneficioso para suavizar los callos de los pies. Para una exfoliación mejorada, es recomendable incorporar el uso de una piedra pómez junto con este tratamiento.
Ayuda a prevenir y tratar las uñas encarnadas y otras lesiones diversas
Sumergir los pies en agua tibia con sal sirve como medida preventiva contra la aparición de problemas relacionados tanto con las uñas como con la piel circundante, incluidas las uñas encarnadas y los panadizos. El calor del agua ayuda a suavizar la piel, facilitando una exfoliación adecuada y, al mismo tiempo, facilita el proceso de cortar las uñas con precisión. Además, las propiedades antisépticas de la sal contribuyen a la prevención de estos problemas y, en caso de que surjan, este sencillo remedio casero ayuda a mantener la limpieza en la zona afectada y favorece la curación.
Ayuda en el tratamiento de los ojos de pescado ubicados en las plantas de los pies
Los ojos de pescado son un tipo específico de verruga plantar, que se identifica por la presencia de un punto negro en el centro. Si bien este tratamiento con agua salada no proporciona una cura independiente para el problema, sirve para mantener la limpieza y la desinfección del área afectada. Además, suaviza la piel, facilitando el proceso de eliminación y la aplicación del tratamiento adecuado, que siempre debe ser prescrito o administrado por un podólogo.
Ayuda a prevenir los hongos en los pies
Mantener una higiene adecuada mediante la aplicación de productos antisépticos, como la sal, seguido de un secado completo de los pies, es esencial para prevenir los hongos en los pies, incluido el comúnmente conocido pie de atleta. En caso de que surja esta afección, el agua salada puede ayudar a aliviar el problema debido a sus características antisépticas y exfoliantes, así como a su capacidad para suavizar la piel, facilitando así su eliminación. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el agua salada por sí sola no es un tratamiento suficiente para la erradicación completa. Es necesario un tratamiento adecuado, siendo el agua salada un método de higiene y una medida de apoyo en el proceso de tratamiento.
Elimina el mal olor de pies
Si tienes problemas relacionados con el mal olor de pies, es recomendable que incorpores baños de agua salada para pies a tu rutina de higiene habitual. La adición de sal al agua ayuda a eliminar bacterias e inhibe el crecimiento de hongos, disminuyendo así los malos olores y evitando su reaparición.
Ayuda a eliminar toxinas
Es probable que hayas oído hablar de que remojar los pies en agua salada ayuda a eliminar toxinas y que lo hayas considerado un método eficaz para la limpieza y el cuidado del cuerpo. Sin embargo, esta afirmación no es del todo cierta ni el proceso es tan sencillo como parece, por lo que queremos aclararte este asunto.
Si bien no sirve como cura para enfermedades sistémicas o generalizadas que afecten a todo el cuerpo, sumergir los pies regularmente en agua tibia con sal puede ayudar a eliminar toxinas de afecciones localizadas en los pies.
Cómo preparar baños de agua salada para el cuidado de los pies
Necesitaremos dos recipientes de tamaño suficiente para permitir la inmersión simultánea de ambos pies, uno con agua tibia y otro con agua fría y sal marina.
- Preparar un recipiente lleno de agua tibia y otro con agua fría. Para asegurar un cálculo preciso de la cantidad de sal necesaria, medir el agua con precisión. El agua tibia debe estar a una temperatura que resulte agradable para la piel, ya que el agua excesivamente caliente puede provocar quemaduras.
- Incorporar la sal, asegurando una concentración mínima de 20 gramos por litro de agua. Por cada recipiente que contenga 5 litros de agua, es necesario añadir media taza de sal, equivalente a 125 gramos. En el caso de 10 litros de agua, se debe añadir una taza llena de sal, equivalente a 250 gramos.
- Agitar el agua para asegurar que la sal se disuelva completamente. Sumergir los pies en el recipiente lleno de agua tibia y sal durante un tiempo de 20 minutos.
- Pasado ese tiempo, sumergir los pies en un recipiente lleno de agua fría y sal durante 20 minutos más. Al finalizar, extraer los pies y secarlos bien con una toalla.
- Realizar un masaje utilizando aceites esenciales calmantes, como lavanda, o una crema hidratante durante un tiempo aproximado de diez minutos.
Espero que con esta información puedan conocer más sobre los beneficios del agua con sal para los pies.